Dicen que el destino de uno está escrito. Ninguno de nosotros sabe cuál es el mismo, pero la mayoría de la gente cree saber cuál debería ser el destino del otro basada en sus paradigmas y sus prejuicios.
¿Cómo un medico va a estar en un programa de espectáculos? A los 10 años de Intrusos le agradezco a Jorge, a Luis, a todos los periodistas que los acompañan y a una producción maravillosa haberme dejado ser un “médica Intrusa”.
La ignorancia es la peor de las enfermedades. Tener la posibilidad de hablar de salud en un programa con la popularidad de Intrusos, ayuda sin duda alguna a hacer medicina preventiva.
A través de los casos clínicos resonantes de los famosos, se puede informar a la gente que día a día sigue el programa, sobre enfermedades. A través de la salud de un famoso, las personas identifican síntomas que los pueden llevar a la consulta temprana con el médico. En la televisión del mundo esto es una práctica cotidiana, e Intrusos pionero en todo, no escapó a esta regla.
Por el 2004 el mundo artístico se conmovía con lo que después se diagnostico como “delirio agitado fatal secundario al consumo de cocaína” que llevo a la muerte del periodista Juan Castro. Hablamos de drogas, un tema bastante tabú para tocar en televisión. Casi paralelamente la internación de urgencia de Maradona volvía a poner el tema en la palestra.
Lo que era la noche “intrusa” en ese momento me permitió hablar con total libertad de una enfermedad compleja, estigmatizada, donde los casos de los famosos se constituyen en la punta del iceberg de lo que sucede en muchas familias argentinas.
Poder transmitir que la adicción es una patología como cualquier otra, que no debe dársele condicionamientos morales, sino comprensión médica, poder enseñar la importancia de la Curatela como muchas veces el único camino para lograr un tratamiento exitoso. Juan Castro no tuvo Curatela, Maradona sí, al igual que Charly García.
Hablamos de Cáncer. Del valor de los líderes positivos en salud, como mi amigo Dani Gómez Rinaldi que se sentó frente a cámara y sin eufemismos dijo que había tenido un cáncer de riñón, que estaba tratado y de la importancia de la medicina preventiva, por que el hallazgo de su patología había sido por un chequeo de rutina.
Hablamos de anorexia, de síncopes, de traumatismos de cráneo, de hipertensión arterial, de accidentes cerebro vasculares, de angina de pecho, de EPOC, de tabaquismo, de SIDA, de pastillas para adelgazar, de bipolaridad, de depresión, de ataques de pánico, de embarazos, de métodos anticonceptivos, de diabetes. De aborto, de trasplante de órganos, del dolor que produce la muerte. Casi un compendio médico, y no en una cátedra universitaria. En un programa de espectáculos.
En intrusos descubrí una forma nueva de hacer medicina, una medicina de llegada masiva que permite concientizar a cada uno de los que día a día tiene una cita obligada con el programa. Así que nuevamente gracias Intrusos, por dejarme ser parte de estos 10 años que me han permitido crecer y aprender. Ser una médica intrusa me llena de orgullo, modificado mis propios paradigmas de que el médico sólo debe atender en su consultorio. ¿Y quien puede decir que eso no sea parte de mi destino? Gracias
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