Ya lo sé, no es la primera vez que Sofovich me trata públicamente de villano. ¡Y tiene razón! En su caso lo asiste el derecho al pataleo. Coincido en que Jorge Rial es un canalla… Con él, también tiene toda la razón. Pero lamentablemente, a esta altura del partido, no tenemos remedio. Ni él ni yo. ¡Pobre Gerardo! Tan bueno que parece… ¿O no lo es?
Otra vez, y varias, el ex glorioso interventor de ATC y director del Zoolológico o director de canal 61, volvió a acordarse de esos dos “intrusos” abominables o de este par de paparazzis terroríficos, y está muy bien. Porque fue, y es, nuestra decisión el estar en al vereda de enfrente de Sofovich y hasta nos gratifica que Gerardo marque todo lo diferente que es a nosotros.
¡Somos su pesadilla! Y está mal, por supuesto. El ogro de Rial comete el sacrilegio detener una familia bien constituida, con la que viaja y hasta se fotografía lleno de amor con sus hijas y esposa cada vez que puede, para llenar las paredes de su hogar con esas horrendas imágenes.
El sádico de Ventura disfruta de su mujer, luce y no se olvida su alianza en el dedo anular izquierdo jamás, aunque le aprete, y comete el pecado de dar su vida por sus hijos a cada instante…¡Qué lejos estamos de Sofovich!
A nosotros, los villanos y canallas, nos encanta pagar nuestros almuerzos y comidas. ¡oda una aberración! No contratamos a ningún patovica para que nos custodie de nuestros propios amigos. Tampoco les revisamos los bolsillos y las carteras a los invitados, en quienes confiamos al convocarlos a nuestras reuniones, porque nos fascina que nos traicionen.
En cambio, Sofovich disfruta del cariño que despierta en al gente y amigos, al casarse con toda la pompa y tener como gran ausente a su propio hijo. ¡Je! Toda la pompa para una boda con 450 invitados y ninguna foto con Gustavo, su único hijo. El mismo al que le puede hacer el ADN, según enfatizó alguna vez en la televisión, para sostener que es sangre de su sangre.
Cuánta ilusión en la expresión de Sofía Oleksak de Sofovich en lucir con orgullo y amor la hermosa alianza que su esposo consiguió en ventajoso canje comercial. Cuánta consideración de Gerardo que se equivocó de dedo y de mano para lucir la misma alianza, en el momento de todos los flashes. Cuánta emoción de Sofía al derramar emotivas lágrimas en el instante de mostrar su alianza en el primer programa de su flamante marido.
Cuánta importancia de Sofovich que en el primer día de casado mostrara ante sus cámaras de La noche del domingo, que se había olvidado en el baño de su casa la misma alianza que su resignada mujer lucía entre sollozos.
¡Qué ejemplo inolvidable el de Gerardo! Después de tanto tiempo de esperar y postergar su boda para poder ensamblar los tiempos televisivos de su regreso a la pantalla, con los canjes publicitarios que le permitieran abrochar la movida de sus operaciones con el presupuesto del espacio.
Lástima que Sofía se tuvo que ir de luna de miel con los hijos de su pareja anterior, con quienes si se fotografió orgullosa, a su merecido viaje de placer. Pobre Sofovich, que se tuvo que quedar a trabajar, una vez más, para tratar de enderezar sus bordereaux de 70 espectadores por función promedio y su anteúltimo puesto en el rating de su primer programa, aunque haya mostrado las imágenes exclusivas de su casa-miento. Por todo esto, gracias Gerardo, por diferenciarnos.
LA NOCHE DEL PADRINO:Otra vez, y varias, el ex glorioso interventor de ATC y director del Zoolológico o director de canal 61, volvió a acordarse de esos dos “intrusos” abominables o de este par de paparazzis terroríficos, y está muy bien. Porque fue, y es, nuestra decisión el estar en al vereda de enfrente de Sofovich y hasta nos gratifica que Gerardo marque todo lo diferente que es a nosotros.
¡Somos su pesadilla! Y está mal, por supuesto. El ogro de Rial comete el sacrilegio detener una familia bien constituida, con la que viaja y hasta se fotografía lleno de amor con sus hijas y esposa cada vez que puede, para llenar las paredes de su hogar con esas horrendas imágenes.
El sádico de Ventura disfruta de su mujer, luce y no se olvida su alianza en el dedo anular izquierdo jamás, aunque le aprete, y comete el pecado de dar su vida por sus hijos a cada instante…¡Qué lejos estamos de Sofovich!
A nosotros, los villanos y canallas, nos encanta pagar nuestros almuerzos y comidas. ¡oda una aberración! No contratamos a ningún patovica para que nos custodie de nuestros propios amigos. Tampoco les revisamos los bolsillos y las carteras a los invitados, en quienes confiamos al convocarlos a nuestras reuniones, porque nos fascina que nos traicionen.
En cambio, Sofovich disfruta del cariño que despierta en al gente y amigos, al casarse con toda la pompa y tener como gran ausente a su propio hijo. ¡Je! Toda la pompa para una boda con 450 invitados y ninguna foto con Gustavo, su único hijo. El mismo al que le puede hacer el ADN, según enfatizó alguna vez en la televisión, para sostener que es sangre de su sangre.
Cuánta ilusión en la expresión de Sofía Oleksak de Sofovich en lucir con orgullo y amor la hermosa alianza que su esposo consiguió en ventajoso canje comercial. Cuánta consideración de Gerardo que se equivocó de dedo y de mano para lucir la misma alianza, en el momento de todos los flashes. Cuánta emoción de Sofía al derramar emotivas lágrimas en el instante de mostrar su alianza en el primer programa de su flamante marido.
Cuánta importancia de Sofovich que en el primer día de casado mostrara ante sus cámaras de La noche del domingo, que se había olvidado en el baño de su casa la misma alianza que su resignada mujer lucía entre sollozos.
¡Qué ejemplo inolvidable el de Gerardo! Después de tanto tiempo de esperar y postergar su boda para poder ensamblar los tiempos televisivos de su regreso a la pantalla, con los canjes publicitarios que le permitieran abrochar la movida de sus operaciones con el presupuesto del espacio.
Lástima que Sofía se tuvo que ir de luna de miel con los hijos de su pareja anterior, con quienes si se fotografió orgullosa, a su merecido viaje de placer. Pobre Sofovich, que se tuvo que quedar a trabajar, una vez más, para tratar de enderezar sus bordereaux de 70 espectadores por función promedio y su anteúltimo puesto en el rating de su primer programa, aunque haya mostrado las imágenes exclusivas de su casa-miento. Por todo esto, gracias Gerardo, por diferenciarnos.
Con su ética intacta, Sofovich salió a demostrar contra quines le marcamos en su boda, los olvidos, ausencias, desatenciones, negocios, canjes, patovicas, cacheos, comidas, alianzas, edades, rating, bordereaux, fracasos, familiares, historias, invitados, papelones, alcahuetes…En fin, que sean felices.
En la página 73 de la revista en el apartado de ¿SABÍAS….
Encontramos lo siguiente que tú verás si tiene algo que ver:
“…que la bella Sofía O. dejó un tendal de hombres en su Santa Fe natal?
fuente: revista paparazzi
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