● Tras una agria disputa con el hermano de Sofía, el productor lo despidió del teatro, ella armó las valijas y se volvió con sus dos hijos a Buenos Aires. ● Gerardo se anticipó a su ex mujer y comunicó de su separación a la prensa amiga, para no quedar mal parado. ● Ella habló poco, se asesora con sus abogados y, comentan, se viene un juicio millonario por el reparto de bienes.
Cuesta separar el sentimiento que despierta Gerardo Sofovich (72) como persona, al inevitable hecho periodístico de su separación de la santafesina Sofía Oleksak (33). Es el primer gran escándalo del verano, algo que el empresario parece disfrutar –por el espacio que recuperó en los medios– más que sufrir por perder a la mujer con la que más horas compartió en los últimos años.
Pequeñas tormentas agravaron la crisis de una pareja que se venía desmoronando hace semanas, y que terminó con Sofía haciendo las valijas y marchándose de Villa Carlos Paz con sus dos hijos y su hermano, Alejandro. Ese fue el final, con Sofovich anunciando mediáticamente su separación, como el buen caballero que siempre dice ser. Y atención, no es un dato menor, ni mucho menos, que Sofía diga, asuma y sostenga que Sofovich informa a la prensa sobre cada acontecimiento de su vidapersonal.
Empecemos por el desenlace. Hubo varios hechos que erosionaron la relación, hasta terminar con el matrimonio, con la pareja que sobrellevaba una diferencia de 39 años. Primero, la falta de tiempo y atención que Gerardo siempre le demostraba a ella, a pesar de los 15 años de relación, primero como conocidos, luego como empleador y empleada,y finalmentecomo amantes.
Una prueba marcó a sangre y fuego esa situación: sucedió cuando él se olvidó la alianza conyugal el mismo día que presentó su boda en su propio programa, La noche del domingo. Lo mismo ocurrió en la fiesta de sucasamiento. Todas las cámaraslo captaron sin el anillo en su dedoanular. Eso mostró, claramente,por qué Sofovich casi notiene familiares, al menos, quelo quieran.
En Carlos Paz, Sofía le reclamaba que lo veía poco y nada por sus numerosas y extensas reuniones. Además, las flacas recaudaciones de su espectáculo teatral incidieron en el humor y el estado de ánimo de Gerardo,que está muy preocupado porlos compromisosque hace un añoadquirió con PabloCitoni, unproductor cordobésque está muymolesto por las promesasfirmadas e incumplidas(que cuenta de amontones), entre las que figuranla presencia de Florencia de laVe encabezando su revista 2010.A Sofovich se lo veía muy irritable,más que de costumbre, con menos tolerancia que la habitual,y quienes lo sufrían erantodos los que estaban cerca suyo,con Sofía en primer lugar. Laex esposa soportó, silenciosa yestoicamente, humillación trashumillación.
La presencia más visible de los dos hijos de Sofía en la convivencia matrimonial caldeó los ánimos por los permanentes reproches de Gerardo. Los retos y observaciones a Agustín (11 años) y Joaquín (9) se multiplicaron,olvidando de golpe la insistentepreferencia que siempredemostró por el más pequeño.Eso, a ella, la predispuso de malamanera. No era un veranosencillo.
Los chicos son frutos de un matrimonio anterior de Sofía con un piloto de aviación, del que guardaremos su identidad, y compartían lo mínimo y necesario del trato con Gerardo, que nunca fue un padre de cuerpo presente con su único hijo reconocido, nietos y ahijados reales. ¡Ellos pueden dar fe de estaexacta realidad!
Pero la gota que desbordó el vaso, aunque cuenten otra historia, fue el pedido de aumento que Alejandro Oleksak le hizo a la empresa de su cuñado, ni más ni menos que Gerardo Sofovich, con quien trabajaba desde hace 2 años. Ante una respetuosa solicitud de incremento salarial que el empresario ignoraba por completo, ella decidió ir a la casa de su hermano para que no se sintiera solo en sus funciones como stage manager y asistente de producciónen el Teatro del Lago.
Esto le generó inexplicables celos y un enojo furibundo a Sofovich, más cuando supo que Sofía había acompañado a su hermano a un supermercado. Cuando se comunicaron, y Sofía le dijo que se quedaba a cenar con Alejandro, Gerardo estalló en improperios de todo calibre, situación que también generó la enfática respuesta de ella. Al regreso de Oleksak a la casa que alquiló Sofovich en la Villa se produjo una nueva discusión subida de tono, con gritos y viejas facturas pendientes. Entonces, ella tomó la decisión de regresar a Buenos Aires con sus dos hijos. Gerardo le dijo que se llevara también a su hermano, porque lo despedía de su empleo de asistente. Pocas horas después, ante la confirmación del divorcio que yo mismo hice en la noche del domingo 27, en el Teatro Coral de Carlos Paz, en el espectáculo Alegría Ortomolecular, Sofovich se vio venir el escándalo y empezó allamar asus periodistasamigos paracontarles su repentinaseparación, que en realidad fueun divorcio anunciado.
Ahí dijo que fue “en muy malos términos”, mientras ella reafirmó que no piensa hacer prensa de esto, y si llega a hablar será después de que se lo aconsejen sus abogados. Si hacemos historia, Sofía llegó a la vida de Gerardo en 1995, de la mano de un poderoso político santafesino, con quien supo tener una inolvidable historia de amor que Sofovich decidió hacer suya. A partir de ahí, ella quedó relacionada a los ciclos televisivos de Gerardo, que la sumó a El nieto de Don Mateo, La noche del domingo y Polémica en el bar.En aquella época, él la apodabaCaviar, por el color de su pelo ysu rival televisiva,Champán,que eraPanam, consu cabello dorado.
Aquel fue el comienzo de un amor que nació y creció en medio de muchastormentas con nombres y apellidos, casamientos, divorcios, peleas y conflictos que nunca dejaron de estar expuestos en los medios para promocionar lanzamientos, justificar fracasos o disimular otras historias que alguna vez serán contadas con pelos y señales… Quizá después de que Gerardo Sofovich saque su narcisista autobiografía, muchos se animen a contar la otra parte del cuento. Tema confirmado: Sofovich se separó de Sofía.
Luis Ventura Fotos: Patricia González (en Carlos Paz) y Editorial Atlántida
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